Análisis del discurso de las mentiras de Aline Moreno Ríos

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Únicamente en un mail de 12 líneas (ya no pensemos en el resto de su comunicación) he detectado cinco mentiras:

  1. Dice que «levanto falsos en su contra deliberadamente», lo cual es mentira, cada cosa que he dicho está fundamentada.
  2. Dice que «incriminé a mis profesores» respecto al ciberacoso, cosa que es falsa, siempre he sostenido que no sé quién lo hizo. Y la queja del Consejo Técnico fue presentada por mí, no contra mí. Sutil pero importante diferencia.
  3. Dice que recibí apoyo suyo cuando «reprobé dos materias», lo cual también es falso, no he reprobado.
  4. Dice que he recibido «ayuda» suya (comillas, porque ES SU TRABAJO) para hacer ajustes en las actas de calificaciones después de una revisión.
  5. Dice que me he quejado de Toshi, lo cual es falso, me he quejado de acciones o fallas mas nunca de personas.

Otras observaciones

  1. La queja que puse era para ver con quién había compartido mis datos para poder presentar pruebas ante la fiscalía y encontrar a mi ciberacosador, ya que la policía en México te pide que les lleves las pruebas, ellos no investigan. Ella en seguida lo tomó como un ataque personal, está a la defensiva, lo que me hace sospechar que estuvo implicada.
  2. Dice que se reunirá con la autoridad encargada de la protección a los Derechos Universitarios para hablar «personalmente» porque justamente así puede seguir mintiendo sin que quede un registro de ello.
  3. Por último dice que levanto ataques «contra la Ibero y sus integrantes desde mi ingreso» lo que (ley de paso) implica que no me considera parte de la comunidad.

Actualización al 21 de marzo de 2023

La guardiana de la puerta de «eres alumno Ibero», Aline Moreno Ríos, ha decidido denunciarme (a mí, que sí me acosaron) por acoso, tan solo por expresar de manera pública mi malestar en mi blog y ante las autoridades correspondientes. Porque claro, de acuerdo con ella, el sello humanista de La Ibero no es esclarecer una situación real de acoso que viví, sino que la deje en paz.

Menciona en su correo que “quiero ser parte de la comunidad Ibero, estudiante de la maestría, impartir cursos en educación continua”… pero “difamo y miento”. Cosa que he probado como falsa, quien ha mentido es ella, pues he documentado el acoso e incluso hay una denuncia en el Ministerio Público en contra quien resulte responsable.

En análisis del discurso, una ley de paso es una idea que queda implícita entre líneas. Lo que queda implícito en su correo es que a pesar de estar inscrita en la maestría no puede verme como un miembro de la comunidad al que han estado acosando sistemáticamente desde que puse una queja de una profesora. Me ve como el extraño enemigo que ha ido a acusar injustificadamente a los “buenos miembros” que sí forman parte (según su (pre)juicio) de dicha comunidad.

En fin. Si me quiere denunciar por acoso, que lo haga. Así tal vez encontremos quién es el verdadero responsable de esta situación. No lo harán porque saben que están mintiendo, durante la pandemia, me hackearon, intervinieron mi teléfono y han intentado que deje de manifestarlo por todos los medios a su alcance.

¿Cómo? “Tranquilizándome”, entre otras idioteces, ponen en las clases cosas que he compartido previamente en mis redes, repiten cosas que digo en mis llamadas telefónicas PRIVADAS, le han pedido a empresas que me llamen y me inviten a licitaciones que nunca se cierran, de las que nunca dan un fallo porque están implícitamente condicionadas a mi conducta y no me comporto como ellos esperan. Después, en clase, hacen comentarios «casuales» al respecto.

¿Qué es lo que deberían hacer? Admitir lo que hicieron, pedir una disculpa y parar con su “comunicación indirecta”. En una primera instancia, Aline Moreno negó que lo que yo manifestaba hubiera ocurrido, como si todo hubiera estado en mi imaginación.

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