inmensidad

Los límites del Universo

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Hasta dónde soy yo y comienzan mis límites con lo demás. Con esos exteriores que percibe mi tacto, la pared en mi espalda, la espalda con el edificio y el edificio con las calles, las calles con la ciudad y ésta con todos los otros. Nosotros.

Hasta dónde mis manos siguen siendo mías cuando tocan tu cuerpo. En qué momento la manzana dejó de existir al ser digerida por mi organismo. Cuándo los dos pasamos a ser uno, una sola pareja. Tres que son una sola familia. 

Hasta dónde la Tierra se distingue del Universo. Será que somos parte de un animal vivo, que los microbios somos nosotros y a su vez encontramos formas de vida más y más pequeñas, infinitamente pero también viceversa: ellas nos piensan planetas, galaxias, cosmos, dioses. Hipónimos e hiperónimos que se resumen a una misma cosa y que jerarquizamos para intentar darle orden a lo incomprensible. El espejo frente al espejo. Un dios niño jugando a las canicas.

Hasta dónde nos lleva el infinito. Si pensamos en una recta numérica que es infinita hacia ambos lados, y después nos damos cuenta que ese mismo infinito puede existir del cero al uno, si lo dividimos en las partes suficientes.

¿Será que la consciencia nunca muere? Que al irnos solo mutamos pero la vida siempre sigue, ¿y qué es la vida?

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