La cosa va así. Aprovechando que haría la presentación de mi libro en el Centro Cultural Barco de Papel, en Nueva York, decidí cumplir lo que había apuntado en mi lista de actividades por hacer en el primer viaje que hice a esta ciudad, en 2019, y no me dio tiempo; entre otras cosas, ir a una obra de teatro en Broadway.
Advierto que no soy ni pretendo ser crítica de teatro y que esta nota está llena opiniones personales como fanática de la historia, y de spoilers. Sigue leyendo bajo tu propio riesgo.
La función
Los boletos para la obra de Harry Potter los compré por Internet desde dos meses antes. Fui al Lyric Theater en metro, llegué y me compré unas palomitas y un gin tonic. Me senté. Conseguí un muy buen lugar en la segunda fila a un precio no tan alto, estaba en el asiento Orchestra B 18 (en la segunda fila), pagué 159 dólares por el boleto.
Fui a la función del 11 de octubre del 2023 a las 13 hrs. Es importante anotarlo porque en el teatro las obras cambian cada vez que las presentan, es algo que depende del clima que se genera entre los espectadores, los actores que estén ese día en concreto y las cosas que están pasando en el mundo. A la obra que asistí el elenco era este:
El guión
Lo primero que vi en la obra fue a un joven y a un anciano en silla de ruedas. Yo creí que ese joven era Harry Potter pero ¡no! Era Albus Severus, el primogénito de Harry Potter, nombrado así en honor a Albus Dumbledore y a Severus Snape. El anciano en silla de ruedas era el padre de Cedric Diggory.
Yo había llegado con la expectativa de ver en la obra la historia de JK Rowling, en realidad no me puse a leer acerca de ella antes de ir a verla (no me gusta llegar con prejuicios, prefiero experimentar las cosas y después juzgarlas por mí misma) pero me sorprendió ver a un Harry Potter adulto en modo “papá” de un adolescente rebelde que por alguna razón quería viajar en el tiempo para cambiar el pasado y resucitar a Cedric Diggory.
Albus Potter tiene por mejor amigo nada más y nada menos que a Scorpius Malfoy, hijo de Draco Malfoy (uno de los enemigos de Potter en la obra de Rowling). A Harry Potter esto no le gusta porque lo considera una mala influencia (cuando es todo lo contrario) por lo que resulta cómico. El personaje de Harry (quien en los libros de Rowling transgredía las reglas con tanta frecuencia) es ahora un señor regañón que busca controlar a su hijo.
De hecho, el título de la obra podría relacionarse con esto: “the cursed child”, tanto como una maldición relacionada con la magia, como con que es un niño desobediente; apasionado pero más bien infantil y egoísta.
El personaje de Albus Severus
La rebeldía de Albus Severus dista mucho de la profundidad que tenía la de su padre, pues es un joven que vive en un mundo que no está amenazado por la guerra y sencillamente, por ocio, o por un ideal que es más bien un capricho personal, no dimensiona las consecuencias de sus acciones.
La obra se basa en eso, en las cuitas de Albus Severus y de Scorpius. No contaré más spoilers. Solo diré que no me encantó, mi expectativa era ver la historia que ya conozco y me gusta, al nuevo Harry Potter le quitaron su esencia.
Harry Potter no era así en los libros
Yo tengo una historia personal con Harry Potter. Cuando yo tenía once años mi mamá me regaló el primer libro de la saga, lo leí y me gustó bastante, Harry Potter también tenía once años en ese libro; cuando yo tenía doce, me dio el siguiente libro y Harry también tenía doce; no recuerdo si fue hasta el tercer o el cuarto libro que nos desfasamos pero yo de algún modo sentí que Harry era mi compañerito. Ya escribiré más al respecto en un futuro post.
Supongo que pretendieron hacer una comedia con el hecho de que Potter cambió (de joven intrépido a adulto gruñón) y ahora es igual de intolerante que los personajes que se interponían en su camino en las obras de JK Rowling, pero en vez de darme risa considero que esto es arrebatarle la esencia a este personaje.
Los personajes pueden evolucionar, lo que no pueden es cambiar su esencia. Los valores que promueven los libros de Rowling son la amistad, la lealtad, la lucha por los ideales… es algo que no le deberían quitar al personaje porque entonces ya no es Harry Potter sino una llana caricatura de otra cosa, de una interpretación superficial de su carácter.
Lo esencial desde mi perspectiva de este personaje es que valora a sus amigos, busca la justicia, es valiente. En los libros de JK Rowling hay un enemigo común en el mundo mágico, y este es Voldermort, el mago más oscuro que intimida, es traidor, asesina a quien se interpone en su camino para ganar poder. No es que Potter y sus amigos busquen meterse en problemas nada más porque sí, sino que sus vidas y las de todos los que forman parte del mundo mágico (y muggle también) están en riesgo.
A quien no lo recuerde, Cedric Diggory fue un personaje importante de la saga que falleció en el torneo de los tres magos. Y sí, fue una muerte triste. Creo que el guión de esta obra más bien responde a que tal vez la audiencia quisiera volver a ver a ese joven atractivo que, al igual que muchos otros, falleció en la guerra contra Voldemort. Sin embargo, no me cuadra del todo que Albus Severus, en la obra Harry Potter and the Cursed Child, quiera devolverlo a la vida y esté dispuesto a tanto por traerlo de vuelta a él en particular, ¿qué lazo, qué relación puede haber entre ambos?
Qué hubiera escrito yo
En la guerra que se libra contra Voldemort mucha gente muere. Por mencionar otras dos muertes que me parecen más importantes o al menos más cercanas al personaje de Albus Severus, está la muerte de Sirius Black, el padrino de Potter.
Cuando Sirius fallece es una de las partes de los libros que más me hicieron llorar. Y entiendo por qué la astuta y colmilluda JK Rowling mató a este personaje. Es para configurar a Potter como un héroe, porque los héroes en las historias arquetípicas, deben sufrir antes de emprender un viaje que los haga cambiar.
Pero para una niña lectora esa muerte es algo muy intenso, pues Potter quedó huérfano siendo bebé y la familia que lo crió (sus tíos) lo trataban como un intruso; cuando por fin conoce a su padrino es un respiro, por primera vez siente que tiene a alguien. Otra muerte que es muy impactante sobre todo en las películas es la de Dobby, el elfo doméstico… ¿por qué no escribir un guión que desarrollara esto?
La producción
La producción evidentemente es muy buena, las actuaciones también. La escenografía recuerda a las películas, con las escaleras móviles, arneses que hacen volar a los personajes, personas vestidas de negro que cambian los props de una escena a otra de manera que parezca que se mueven solos, el vestuario también es muy similar al de las películas…
Fue mi primera experiencia en una obra en Broadway y me sorprendió que los diálogos están en una pantalla y caen muy puntualmente conforme los personajes los recitan; también hay traductores con lenguaje de señas (casi toda la obra, en algunas partes no hacen la traducción). En general cuidan mucho cuestiones de accesibilidad, como lugares para personas con silla de ruedas, etc. Estas cosas me gustaron.
Hay un medio tiempo en el que las personas pueden ir al baño, comprar alimentos y bebidas en la dulcería. Había unas casetas de teléfono londinenses en las que marcabas las letras MAGIC y algo te decía el teléfono. Esto también podría mejorar, tal vez poner un paso de la caseta al ministerio de magia o algo así; otra cosa que estaría bien es que al finalizar la obra vendieran fotos con el elenco y alguna de las escenografías; pero en general no hay lugares donde hacerse fotos y como está prohibido fotografiar la obra uno se queda con las ganas de una selfie del recuerdo.
En conclusión, me gustó la producción pero no me encantó el guión, en especial porque cambian demasiado al personaje de Potter y casi no hay lugar o diálogos para los otros personajes con los que la audiencia está encariñada, por decir algo, Hermione y Ron, casi no salen. Creo que el guionista estudió cuidadosamente los libros y a los personajes, pero no los sintió o vivió como un auténtico fanático de la historia.