¿Te gusta decirle a la gente que tiene el síndrome del impostor?

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Para hablar de este tema no me puedo saltar las definiciones por más populares que se hayan vuelto recientemente, ¿que qué es el síndrome del impostor? En algunos casos, una cuestión de inseguridad que te hace pensar que eres un «fraude», que no eres suficientemente bueno en tu trabajo, que no eres tan buen padre o hijo, etc., como explica el siguiente video.

Bueno, hasta aquí todo bonito, se vale ponerles nombres fancy a las inseguridades. Lo que no me gusta es que ahora está de moda andar por ahí diciéndole a la gente que tiene síndrome del impostor, lo cual transfiere la carga del problema a quien lo experimenta y no hace énfasis en los factores externos que lo causan, en especial a las mujeres, algo así como en siglos pasados era decirles que eran unas «histéricas».

síndrome del impostor, ejemplo

En el artículo «Stop Telling Women They Have Imposter Syndrome» publicado en la Harvard Business Review, las autoras Ruchika Tulshyan y Jodi-Ann Burey abordan este tema y concluyen que la respuesta para superar este síndrome no es «arreglar» a los individuos, sino crear un entorno que fomente varios estilos de liderazgo, con múltiples identidades raciales, étnicas y de género.

A pesar de que ahora el concepto de «síndrome del impostor» se utiliza de manera general, surgió en la década de los setenta tras un estudio basado en mujeres sobresalientes. El término «fenómeno del impostor» fue acuñado por las psicólogas Paulina Rose Clance y Suzanne Imes, quienes describían en su estudio acerca de dichas mujeres que:

A pesar de los logros académicos y profesionales sobresalientes, las mujeres que experimentan el fenómeno del impostor persisten en creer que no son realmente brillantes y han engañado a cualquiera que piense lo contrario.

Este estudio excluyó los efectos del racismo sistémico, el clasismo, la xenofobia y otros prejuicios que, cuando son analizados, nos hacen dudar de si el problema realmente está en los individuos o en el sistema en el que viven.

Algunos factores que contribuyen a disminuir los sentimientos de duda o de fracaso en los entornos laborales son encontrarte con modelos a seguir que sean como tú, es importante que nuestras ideas y nuestra inteligencia sean reconocidas por otros.

Los puestos de liderazgo son ocupados mayormente por hombres. En México, solamente hemos tenido cuatro mujeres a cargo del gobierno de un Estado, hasta ahora no hemos tenido una presidenta mujer. El mundo corporativo es también liderado por hombres, y las mujeres nos enfrentamos constantemente a microagresiones y a una desproporción en los ingresos por el mismo trabajo que nuestros pares masculinos.

Hablar de las desproporciones económicas y el problema estructural del machismo, el clasismo y el racismo excede mis conocimientos y el mensaje que quiero dar con esta nota. Sabemos que hay un problema en el sistema y es algo muy complejo.

Mi mensaje es el siguiente: la próxima vez que un colega, un psicólogo, un sitio web te digan que tienes síndrome del impostor analiza qué tanto la responsabilidad recae en ti y qué tanto recae en tu entorno. Y si por el contrario, eres una persona que anda usando este «diagnóstico» a la ligera, infórmate antes de juzgar a tu contraparte.

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