marilyn monroe poesía

Marilyn Monroe, la poeta

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El fin de semana antepasado fui a una obra en la que se leyó (para mi sorpresa y quizás la de muchos) poesía de Marilyn Monroe. La producción forma parte de un proyecto llamado Verso Eléctrico, a cargo de la compañía de teatro Revuelo Arts. Fue una lectura, musicalización y dramaturgia en torno a los poemas de Marilyn, en donde se contaron aspectos relevantes de su vida y se leyeron también otros poemas que ella inspiró, además de los que son de su autoría.

 

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Todos conocemos a Marilyn Monroe como un ícono de la cultura pop, inmortalizada por sus películas en Hollywood, representada en las imágenes de tonos duales que hizo Andy Warhol, y retratada para diversas revistas, entre ellas, la famosa portada de Playboy en la que aparece desnuda, completamente sexualizada.

Hace un par de años, para una tarea de un taller de literatura hice que este personaje se entrevistara con Virginia Wolf y recuerdo que en aquel ejercicio de imaginación, puse a ambas mujeres en una especie de averno, en el que se revivían una vez tras otra las causas de sus muertes.

Marilyn cantaba en un escenario semivacío “Happy birthday, Mr. president”, mientras Virginia la observaba con desaprobación. Después comenzaban a platicar y Virginia le reprochaba el haber sido una mujer complaciente, un símbolo sexual, en tanto Marilyn atinaba a responder que había hecho lo mejor que podía con su vida. Después, todo se llenaba de agua, Virginia dejaba de respirar al tiempo que metía sus manos a los bolsillos de su vestido y sentía aquellas piedras que la llevaban al final, a lo más profundo de su tristeza y de su muerte autoinfligida en el río Ousse, y se ahogaba.

Vergüenza

Qué vergüenza tener treinta años
y ser una niña asustada.
Qué vergüenza que todos me miren
y tener ganas de llorar. 

Qué vergüenza los periodistas
preguntándome cosas
y que yo no recuerde
ninguna de las cosas inteligentes
que aprendí para responderlos.

Qué vergüenza esta máscara
de hermosa rubia tonta
que tapa mi verdadero rostro
de tonta rubia tonta.

– Marilyn Monroe –

Contaron en la obra de teatro que les menciono que, tras su muerte, hallaron en una maleta roja una serie de escritos de la artista y en 2010, los publicaron en un libro titulado Fragmentos: poemas, notas personales, cartas.

Si bien, desde un punto de vista estricto y académico no podría decir que es mi poeta favorita, creo que Marilyn escribía desde una profundidad que poca gente le conoce; escribía desde esa tristeza de donde nacen las más bellas y desgarradoras obras. Esta poesía deja ver que era una persona observadora e inteligente, con un fuerte problema de depresión. Creo que si hubiera dedicado más tiempo a esta actividad habría sido una gran escritora. ¿Materia prima? Su vida.

Marilyn tuvo una vida difícil. Ignoraba la identidad de su padre, su infancia estuvo marcada por los problemas psiquiátricos de su madre y su paso por múltiples hogares de acogida, en algunos de los cuales fue abusada sexualmente. Empezó su carrera participando en certámenes de belleza, posteriormente fue modelo de estilo pin-up y luego comenzó a aparecer en películas.

Y si bien, su belleza y el elegir compañeros sexuales que podían beneficiarla la ayudaron a crecer en su carrera como actriz, más que tratarse de una femme fatale era una mujer que buscaba que la quisieran y tal vez por ello sentía atracción por las figuras de autoridad.

Buscaba la aprobación y el amor paternal que ningún hombre le podría dar. Leí en la saga Dos amigas, de Elena Ferrante, una frase que me gustó, dice al respecto de uno de sus personajes cuando alcanza la madurez: “Nunca volverá a casa de sus padres: el peso su vida le pertenece, no quiere volver a ser hija”. Y bien, Marilyn de algún modo seguía buscando cómo ser hija.

Pero quiénes somos para criticar eso, si en el fondo todos llevamos un niño a cuestas; una parte vulnerable que nos mueve más allá de lo racional, que necesita que seamos amados incondicionalmente, que nos hace un poquito egoístas; es una parte que, si sentimos atacada, nos puede volver locos.

Haber visto esta obra y conocer la poesía de Marilyn me ha hecho caer en cuenta de que fui muy prejuiciosa al haberla considerado como una “tonta rubia tonta”, pues de tonta no tenía nada. Ocurre un fenómeno similar a cuando las personas ven caminar por la calle al actor que interpreta a un villano en alguna telenovela y la gente lo desprecia. Y es que la 20th Century Fox se encargó de crear la imagen de rubia tonta de Marilyn y de monetizarla.

También en la obra de teatro que menciono se leyó un poema de Ernesto Cardenal, titulado “Oración por Marilyn Monroe”, que recalca que si Norma Jeane Baker (el verdadero nombre de esta artista) se había tornado en Marilyn Monroe, el ícono que todos conocemos, es porque la sociedad así se lo demandó. La transformamos el ídolo que necesitábamos y luego la reprochamos por aquello. Dice el poema de Cardenal:

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra con el
nombre de Marilyn Monroe
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
(según cuenta el Time)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también más que eso…
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz)
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre
con un látigo en la mano expulsando a los mercaderes
de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.

Señor
en este mundo contaminado de pecados y radioactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda.
Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
-el de nuestras propias vidas- Y era un script absurdo.
Perdónala Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
Por esta Colosal Super-Producción en que todos hemos trabajado.

Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes
para la tristeza de no ser santos se le recomendó el Psicoanálisis.

Recuerda, Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje -insistiendo en maquillarse en cada escena-
Y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleada de tienda
soñó ser estrella de cine.

Y su vida fue irreal como un sueño
que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento
(era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.

O como un viaje en yate,
un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor 55
vistos en la salita del apartamento miserable.

La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan sólo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER.
O como alguien que herido por los gángsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie o era Alguien cuyo número
no está en el Directorio de Los Angeles)
¡contesta Tú el teléfono!

– Ernesto Cardenal –

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