Las crónicas de brujas de Anne Rice son excelentes, a pesar de que esta escritora es mejor conocida por sus crónicas vampíricas. El largometraje Entrevista con el vampiro (1994) protagonizado por los guapos Tom Cruise, Brad Pitt y la bella y entonces muy joven Kirsten Dunst es una de las películas cuya adaptación del libro a la pantalla me parecen mejor realizadas. Esta película se basa en el libro homónimo de Anne Rice.
Acaban de lanzar hace tal vez uno o dos meses a través de Prime Video en México una miniserie de su trilogía de terror Las brujas de Mayfair (2023) compuesta por tres libros: La hora de las brujas (1990), La voz del diablo (1993) y Taltos (1994).
Aunque la publicación de los libros tiene ya más de treinta años se siguen sintiendo vigentes. Al mismo tiempo lanzaron también una nueva adaptación de Entrevista con el vampiro con ajustes al estilo de la cultura woke. Pero las crónicas de brujas no requirieron de tantas adaptaciones tal vez porque el mito de la bruja no ha cambiado.
La protagonista es la bruja Rowan, una doctora que ha crecido lejos del seno familiar; pero la sangre llama y ya de adulta los encuentra. Aunque a través de los ojos de Rowan, la historia en realidad trata de su familia, los Mayfair, y en concreto de su matrilinaje. La trama se centra en la relación de las mujeres de la familia con un espíritu, que van heredando generación tras generación; el punto de inflexión llega con Rowan, pues a través de ella el espíritu familiar buscará materializar sus ambiciones.
La ancestra más antigua de la línea genealógica es Suzzane. ¿Recordamos cuando en la Edad Media hubo una persecución que, bajo el nombre de la Iglesia, se hizo en contra de las parteras y, en general, de las mujeres que tenían algún tipo de conocimiento en herbolaria y salud? A diferencia de las miles de mujeres que en la vida real sí fueron quemadas, el personaje de Suzzane pronuncia unas palabras en latín tardío para invocar un espíritu que la salva de la hoguera: «mi daemon, ad me veni; mi daemon, mihi labora; mi daemon, me libera». Este es el detonante para que las siguientes mujeres de su linaje adquieran esta herencia, que les otorga todo tipo de favores y beneficios, pero que para Rowan es una onerosa carga.
Al momento, han publicado una temporada de nueve episodios. Yo estoy ansiosa por que salga la segunda temporada y ver cómo avanza la historia. Mientras iré corriendo a conseguir los libros dos y tres de la saga, ya que solamente he leído el primero. Sé que más adelante las crónicas de brujas tienen una intersección con las vampíricas con el personaje de Merrick, una descendiente Mayfair que es convertida en vampiro por Louis.
Hasta aquí mi reseña de la serie que recomiendo mucho. Si eres fan de la sangre y no le sacas al tema de los embarazos y los partos enrevesados es definitivamente para ti. Los siguientes párrafos son mi opinión respecto a la representación de las brujas en la cultura, su asociación con el mal y las líneas genealógicas centradas en el padre.
¿Es Lasher un demonio?
Lasher es el nombre del espíritu familiar de las Mayfair. Claramente es un demonio, así está planteado en esta ficción de terror y suspenso. En las representaciones culturales a las brujas se les asocia con el diablo. En sus orígenes, las brujas físicamente eran feas, viejas, con verrugas; su aspecto físico era una manifestación de su carácter corrupto, tal es el caso de La Celestina.
Posteriormente las representaciones evolucionan y se vuelven más atractivas, jóvenes y amistosas como el personaje de Sabrina, la bruja adolescente. Las brujas de Disney también han experimentado una gran evolución, pues pasamos de la vieja fea y malvada que le daba una manzana envenenada a Blancanieves, a representaciones más humanas con la bruja Maléfica. Punto y a parte es el mundo mágico creado por JK Rowling, pero en términos generales, lo que no cambia en el mito de la bruja es la relación que guardan con el mal.
Pero este mal, en las condenadas a la hoguera como brujas, era conocimiento. En las representaciones católicas, es la mujer quien causa la expulsión del Edén por probar un fruto del árbol del conocimiento. El dios católico es hombre. Los árboles genealógicos tradicionalmente se basan en el padre primero, después en la madre, y de ahí van a los descendientes.
Este era el orden del mundo al menos antes de y durante el siglo XX. Las herencias se hacían a través de las líneas paternas. Todavía hoy persisten ideas como que el varón primogénito es el heredero y a las hijas se les casa con otras familias cuyos apellidos pueden opcionalmente adoptar, pero que probablemente serán el primer apellido de sus hijos. En países como México esto ha cambiado y ahora se puede elegir el orden en el que los apellidos se registran en las actas de nacimiento.
Salta a mi atención cómo en esta historia de las brujas Mayfair, una familia donde el linaje se establece a través de la línea materna, no hay un dios detrás sino un demonio. Si recordamos que antiguos dioses griegos y romanos eran pasionales, interesados, proactivos, castigaban y otorgaban sus favores según sus propias convicciones, ¿por qué Lasher es un demonio y no una especie de divinidad?, ¿tal vez porque eso sería cuestionar el orden establecido de las cosas?
Esta temática de un matrilinaje también está presente en otras series como La casa del dragón, cuya trama se basa en que un rey quiere heredar el trono a su primogénita y no a su primer hijo varón. Eso desata todo el conflicto que como sabemos, puede durar diez temporadas o algunos cuantos siglos en la vida real, pero esa es otra historia de la que hablaré en un futuro post.
Cuéntame en los comentarios tu opinión acerca de estas series y qué otras me recomiendas ver.
* Dedico con cariño esta nota a Alma Velasco Colis, quien me introdujo por primera vez al universo de Anne Rice cuando éramos unas morrillas de prepa.
